Manuel Molina Publicar recuerdo
Músico flamenco. . Falleció el 19 de mayo de 2015 en San Juan de Alnazfarache
La mitad de Lole y Manuel fallece a punto de cumplir los 67 años edad, debido a una enfermedad.
Fuen uno de los revolucionarios y renovadores del flamenco. Trabajó como letrista, guistarrista y compositor, y fue la mitad del conocido dúo Lole y Manuel. Dúo que en la década de los 70 dió la vuelta al mundo del flamenco.
Trianero de adopción, pero nacido en Ceuta, era hijo del guitarrista algecireno El Encajero. Su familia se fue muy pronto a Sevilla. Allí comenzó su pasión por la guitarra y tuvieron lugar sus primeras composiciones. La zona de El Tardón en Triana, le hizo saltar la chispa, al encontrarse inmerso entre artistas del barrio.
Sus primeras letras eran bulerías, cortas pero con mucho encanto. Conoció a Lole Montoya, hija de La Negra, que pertenecía a una familia de cuna de artistas gitanos. Se casaron en 1.975, y se convirtieron en pareja artística, lanzando el primer revolucionario disco de flamenco, Nuevo día, en el que se podían escuchar influencias hippies, así como reminiscencias árabes. Junto a Camarón de la Isla, Manuel Molina es considerado uno de los revolucionarios del mundo del flamenco.
Antes de formar el dúo con su mujer, Molina había montado con Chiquetete y El Rubio el trío, Los Gitanillos del Tardón, que hacía referencia al barrio donde pasó su infancia en Sevilla. Incluso llegó a formar parte de un grupo de rock, Smash, al que aportaba su sabor flamenco.
Tras su primer trabajo, Lole y Manuel realizarían otros como Pasaje del Agua, Lole y Manuel, Al alba con alegría, Lole y Manuel cantan a Manuel de Falla, Alba Molina, dedicado a su hija Alba, y Una voz y una guitarra, grabado en directo en el Teatro Monumental de Madrid en 1.995.
Nunca le hizo falta disponer de una privilegiada garganta, ni un gran sentido de rigor del flamenco para pasar a la historia. Siempre fue un innovador y le bastaron unas cuantas bulerías llenas de gracia y su habilidad para interpretar el espíritu del tiempo en el que le tocó vivir.
En una de sus letras llegó a decir: "Mira si soy trianero, que estando en la calle Sierpes me siento como en el extranjero".
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