El Santo Grial de San Isidoro
Esta es la más que significativa conclusión de la investigación pagada por la Fundación MonteLeón, llevada a cabo por la historiadora medieval Margarita Torres-Sevilla y Quiñones de León, junto con el también historiador de arte José Miguel Ortega del Río.
Durante más de tres años se ha llevado a cabo esta investigación, lo que llevó a sus autores a la publicación del libro llamado "Los Reyes del Grial", en el que afirman con toda seguridad, basado en hechos científicos, la posibilidad que León custodiase la pieza desde aproximadamente el año 400, conocida por los cristianos de la época como el Calix Domini (Cáliz del Señor).
Una arqueta de origen fatimi, del siglo XI, conservada en la Basílica de San Isidoro de León, contenía unos manuscritos musulmanes hallados en la universidad Al-Azhar de Egipto. Tras un largo viaje, desde Jerusalén, El Cairo y Denia, ya en tierras peninsulares, llega a España la copa considerada desde el siglo V como la que utilizó Cristo en la última cena con sus discípulos.
Hasta estos últimos días, el Cáliz reposaba en el museo de la Basílica, en un lugar privilegiado del Museo de la Real Colegiata, siendo su hogar durante los últimos mil años.
El conocido como el Cáliz de Doña Urraca, es un viejo conocido para los leoneses conocedores de la historia, así como para expertos y aficionados al arte medieval, siendo la joya máxima del tesoro de la monarquí leonesa, sin haberse encontrado nunca en los focos de atención y recibiendo fama a nivel mundial hasta estos días.
La vieja copa de ónice de San Isidoro, más tarde cubierta de oro por los orfebres del reino de León, es la misma que adoraba desde el año 400 la comunidad cristiana que residía en Jerusalén, como la utilizada por Jesucristo para beber con sus discípulos en la Última Cena. Como es conocido aquel gesto realizado, constituye la liturgia y rito de la Eucaristía actual desde hace miles de años para los cristianos.
La copa ha sido un símbolo de poder desde tiempos inmemoriales, así como de religión y fanatismo, siendo objeto de muchas controversias históricas, y alimento de gran tamaño para la especulación y la publicación de diferentes manuscritos y libros sobre este tema.
Realizada una réplica que sigue expuesta en el Museo de la Real Colegiata de San Isidoro de León, la pieza, clave para la historia cristiana, ha despertado una gran curiosidad a nivel mundial.
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