Marcos Ana Publicar recuerdo
Poeta. Falleció el 25 de noviembre de 2016 en Madrid
23 años de vida en las cárceles de la dictadura.
Nació en un pueblo de Salamanca, San Vicente, en 1920. Descubrió la poesía en una celda en la que no había más lenguaje que el miedo y allí decidió llamarse Marcos por su padre y Ana por su madre.
En el presidio de Porlier (Madrid) el dramaturgo Buero Vallejo le presentó a Miguel Hernández. Estuvo condenado a muerte en dos ocasiones. Una de ellas por confeccionar un periódico para informar a los presos.
Regresó a la vida sin casa, sin sitio, sin dinero, desnortado y virgen. Con la libertad por descubrir. Para entonces ya tenían el primer libro de poemas publicado, 'Poemas desde la cárcel', que un grupo de amigos mandó a imprimir en Brasil. Habían logrado sacar esa mercancía del presidio con mil piruetas.
Era 1960, aquel testimonio provocó una campaña internacional para su liberación. Firmaron, entre otros, Pablo Neruda y Rafael Alberti.
Escribía en papeles de fumar donde, con paciencia amanuense, apuntaba versos mojando en tinta la punta de un alfiler.
Cuando le abrieron el cerrojo de la calle, le dio un vértigo de aire limpio al que tardó en acostumbrarse. La libertad es bella y, de golpe, puede resultar venenosa. Al mes se fue a París como un evangelista insurrecto y regresó definitivamente en 1976.
En Francia fue un activísimo eslabón de la larga cadena de exiliados por sugerencia del franquismo. Allí se vinculó a la editorial Ruedo Ibérico, faro de costa de la resistencia española. Y comenzó a vivir.
Escribió unas memorias emocionantes más que emocionadas: 'Decidme cómo es un árbol' (editorial Umbriel) que Almodóvar las quiso para el cine.